| Foto: DW

TECNOLOGÍA

La universidad que obliga a sus estudiantes a caminar

Como parte de la lista de útiles obligatorios de este año, el Oral Roberts College, en Estados Unidos, ha incluido una pulsera electrónica para medir si sus alumnos hacen ejercicio físico

3 de febrero de 2016

El desembarco de las nuevas tecnologías y su dominio a todos los niveles de la vida ha supuesto un cambio de paradigma en el quehacer humano. Desde el consumo de prensa, hasta el cómo nos relacionamos con los demás, pasando por el ocio. No hay nada que el desarrollo tecnológico no haya influenciado.

¿Qué decir del ámbito educativo? Los jóvenes han cambiado las hojas de papel por las tabletas, las notitas en medio de clase por los whatsapps, y los cuadernos de deberes por computadoras. Pero como la “innovación” parece no tener límites, una universidad estadounidense ha ido un paso más allá y ha obligado a sus alumnos y profesores a llevar una pulsera electrónica durante la jornada lectiva. 

El Oral Roberts College (ORU, por sus siglas en inglés) en Tulsa, en Oklahoma, es una institución de educación superior cristina, con firmes convicciones  sobre la importancia de la rectitud y los hábitos saludables, dos principios que rigen el comportamiento de sus alumnos y el plantel de docentes dentro de las aulas. Ese es el principal argumento por el que han impuesto a sus alumnos de primer año llevar este accesorio. En total, 900 estudiantes que han pagado 150 dólares (506.000 pesos) por él.

La pulsera inteligente monitorea la actividad física de su portador, los pasos que da, su peso, las calorías que quema y las horas de sueño. Antes de la aparición del dispositivo en la lista de útiles universitarios obligatorios, los estudiantes debían registrar la cantidad de deporte realizado de forma manual, y, posteriormente, remitir el diario con las anotaciones a su tutor.

Ahora, toda esa información se envía de forma automática desde las pulseras a un computador central que controla los números “saludables” de los alumnos. La dirección del ORU ha impuesto  un mínimo de 10.000 pasos al día (equivalente a ocho kilómetros) y al menos 150 minutos de actividad intensa cada semana. 

Aquellos alumnos que no cumplen con las exigencias de la universidad, pagan su sedentarismo con sus notas. De acuerdo con ‘The Washington Post’, un porcentaje de la calificación final del estudiante para ser promovido de un curso a otro depende de los resultados vertidos por este dispositivo inteligente.

El ORU quiere imponer el uso de la pulsera electrónica gradualmente. El objetivo es que en unos años los 3.500 estudiantes matriculados en la universidad la porten. Por el momento, los 2.600 alumnos que no son de primer año deberán seguir anotando los registros de su actividad física al viejo modo: con papel y lápiz.

PARA EL DEBATE

¿Qué opina de la medida de la universidad estadounidense? Deje sus comentarios en nuestro twitter @SemanaEd